LOS REYES (1949), JULIO CORTÁZAR
Podría decir que estamos ante una obra distinta a las comúnmente mencionadas de Cortázar, o quizá también driría que las obras comúnmente mencionadas de Cortázar son, en realidad, distintas a esta. Esto último, debido a que Los reyes es la primer obra publicada por Julio Cortázar con su verdadero nombre en 1949, por lo que podemos decir que este poema dramático es un diamante en bruto capaz de iluminarnos aquel lugar donde el joven Cortázar tenía ya, sino su cabeza, al menos sí sus capacidades imaginativas y expresivas.
La trama de esta historia tiene como centro al mito de Teseo y el Minotauro. En este poema, Cortázar nos presenta, en cinco escenas, la parte del mito en que a Teseo le toca ingresar al laberinto del rey Minos, para liberar a su pueblo de la ofrenda anual a Creta. En este desarrollo podemos presenciar una curiosa negociación entre Teseo y el rey Minos y la preocupación de la princesa Ariadna por lo que de aquella pueda resultar. Ariadna, en este relato, en realidad está enamorada de su hermano el minotauro y teme por su vida al enterarse que Teseo tiene todo para lograr asesinarlo. En cuanto al minotauro, este es presentado como una benevolente bestia que es víctima de los prejuicios que la sociedad achaca en su contra.
Un dato curioso sobre esta obra es que el mismo año en que se publicó, Borges también publicaba su libro de cuentos El Aleph, en el cual encontramos el relato La casa de Asterión, otra reformulación sobre el mito de Teseo y el minotauro. Pero el dato curioso no se encuentra solo en la mera coincidencia de las fechas de publicación, sino también en el giro que ambos escritores se dispusieron a darle al mito original. Tanto en Los reyes como en La casa de Asterión, podemos ver a un minotauro en el papel del héroe/víctima, al contrario del rol de villano/victimario que usualmente se le ha atribuído. Sin embargo, el giro que ambos autores han dado al mito no implica un cambio en el contenido del mito, sino más bien un cambio de perspectiva sobre el mismo. El dicho popular dice que a la historia la escriben los héroes. Bueno, ¿qué tendría para decirnos Asterión si se le diese la oportunidad de relatar su propia visión de los hechos?
Si bien, como dije, estamos ante una obra temprana y distinta de Cortázar, no podemos dejar de observar que el autor ya tenía, desde joven, sembrada en su imaginación la semilla de la transgresión. Recomiendo mucho leer este poema, además de por ser escrito por Cortázar, también por los hermosos pasajes de los que dispone que llevan a lector a profundas reflexiones sobre el papel de los prejuicios y la empatía, entre otras cosas. Además, es un relato que se lee "en dos patadas" y con un final que te deja con ese sabor amargo pero intrigante, propio de la ya conocida fatalidad cortazariana.
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