Casa tomada es un cuento del argentino Julio Cortázar, publicado por primera vez en 1946 en la revista Anales de Buenos Aires, en ese entonces dirigida por Jorge Luis Borges, y luego reunido con otros cuentos en el libro Bestiario (1951). La narración de este cuento tiene como protagonistas a dos hermanos, Irene y el narrador del cuento, y la enorme casa en la que viven solos. El autor nos presenta de manera realista, al principio del cuento, a los personajes y el estilo de vida que cómodamente llevan en esa casa y a medida que el relato avanza, la narración va tomando un cariz oscuro y fantástico, puesto que los hermanos se van percatando que poco a poco la casa va siendo tomada, por lo que a ellos finalmente no les queda otra opción que abandonarla.
Este cuento, bastante mencionado y analizado tanto en Argentina como en muchos otros países, pone al lector en una situación de impotencia por medio de los sentimientos propios de los personajes que no pueden hacer nada ante la inminente usurpación de su hogar. La repercusión generalizada que este cuento ha producido, y que aún hoy continúa haciéndolo, se debe a las diversas interpretaciones de este cuento que colocan a la casa en el lugar de una metáfora de la situación del país en aquella época. Sin embargo, en algunas entrevistas, Cortázar se animó a decir que estas eran segundas o terceras interpretaciones propias de sus más fieles lectores y que, en realidad, este cuento fue producto de un pesadilla que él había tenido en donde algo que no sabía qué lo desplazaba poco a poco de su casa al punto de terminar echándolo a la calle. Si bien Cortázar consideró como válida la interpretación del cuento como una crítica social (interpretación que quizá pueda funcionar como una explicación de una reacción inconsciente que motivó el mal sueño), el escritor argumentó que esa no era su interpretación.
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