EL MURO

Título: El muro

Autor: Klaus Kordon

Año: 1987

Editorial: Cántaro

Matías y Angelika tienen en común el hecho de que, cada vez que le preguntan, están orgullosos de decir que son berlineses. Sin embargo, no viven exactamente en la misma ciudad de Berlín, o por lo menos no del mismo lado. Esta histocia se centra en una época previa a la caída del muro de Berlín, cuando Alemania estaba dividida en dos facciones: la oriental donde gobernaba la RDA (República Democrática Alemana) y la occidental, gobernada por la alianza de Francia, Inglaterra y EE.UU., la República Federal Alemana. Matu vive en la parte oriental y Angie, en cambio, en la occidental.

Un día, Matu y su amigo Pepo tienen la ocurrencia de mandar un mensaje en una botella a través del río Spree, con la esperanza de que hacerse amigos de algún habitante de alguna isla extraña y lejana. Sin embargo, lo que nunca pensaron fue que antes, al pasar por la Alemania Occidental, el mensaje sería encontrado por una niña y su amigo. Angie y Boby , su amigo de ascendencia turca, rescatan la botella del agua y no tardan en responder al mensaje que viene del otro lado del muro. Estos cuatro chicos no tardan en entablar una hermosa amistad a la distancia, pero no pueden evitar sufrir ciertos contratiempos propios de la tajante división existente en el país y que justo corta en el medio a su ciudad. A pesar de las trabas que el muro, el correo, los espías o sus familias puedan representar, estos niños se encaminarán en una pequeña travesura para poder conocerse y así derribar, de manera simbólica, la división que hay entre sus pueblos.

Klaus Kordon escribió este libro en 1987, mucho tiempo después de haberlo pensado y dos años antes del efectivo derribo del muro de Berlín. Él esperaba poder derribar con esta historia, de manera simbólica, el muro que dividía a Alemania. Y poniendo a niños como protagonistas pretendió también concientizar a las personas de que en los niños está la esperanza de derribar cuanto muro (físico o no) sea construído por los adultos. A continuación, una cita del autor que me gustó mucho cuando la leí en el epílogo de este libro:

Por cierto, bien mirados, los libros también son como mensajes en una botella.     Los autores arrojan sus mensajes al mar de libros que se publican año tras año sin saber quién los recibirá... A veces reciben alguna respuesta, y así se enteran de que su mensaje efectivamente fue hallado.