EDIPO EN COLONO
Tras vagar durante años en el exilio, ayudado por la compañía de Antígona y el apoyo de Ismene, Edipo acepta su propio destino y comprende que, después de tanto sufrimiento, ya llegó su momento de marchar al inframundo. A partir de una profecía dispuesta por los dioses, Edipo decide encontrarse en Colono con su propia muerte, acordando con Teseo, Rey de Atenas, que si este lo ayudaba con este propósito sobrevendrían grandes bendiciones de los dioses para su pueblo. Sin embargo, Edipo sabe y le manifiesta a Teseo que su cuñado Creonte vendría a por él, puesto que se le había revelado que si Edipo no era dado en sepultura en su propia ciudad, sobre esta devendrían serias crisis. Es por esto que Edipo le pide a Teseo que no ceda ante el pedido de Creonte y no permita que lo lleven fuera de Colono. Después de la disputa tras la aparición de Creonte, aparece Polínices, el hijo de Edipo que ha sido depuesto de su trono por su hermano Etéocles, pidiendo por la bendición de Edipo puesto que, de acuerdo a los dioses, de esta depende su triunfo ante su hermano. Pero Edipo se niega a bendecirlo a él o a su hermano, maldiciendo su actuar para con él cuando este necesitó de ellos. Polinices regresa, dispuesto a luchar a causa de su orgullo, pero sabiendo que perderá aquella batalla debido a su pasado mal obrar. Finalmente, Edipo le pide a Teseo que lo acompañe al lugar de su muerte y que no se lo revele a nadie más que a sus descendientes, para que estos sepan dónde se encuentra la fuente de los buenos augurios de la ciudad. Una muerte bastante particular y casi divina deviene sobre Edipo, que al parecer es descendido al Hades en cuerpo y alma.
Una vez más vemos en Sófocles una obra donde prima el componente profético y fatalista en su trama. Si bien en Edipo Rey nos encontramos con una profecía sobre la que gira la historia del principio al final, en Edipo en Colono se nos presentan al menos tres profecías, con el ingrediente adicional de que estas ofrecen disyuntivas de decisión por parte de sus personajes. Si Teseo acepta dar sepultura a Edipo en Colono entonces grandes beneficios habrá para su ciudad, si no lo hace, en cambio, ocurrirá lo contrario. Si Creonte permite que Edipo muera en su ciudad natal, entonces un buen futuro le deparará a esta, si no sucede así, entonces debe estar preparado para lo peor. Si Edipo bendice a Polinices, este recuperará su trono, si bendice a Etéocles, este se quedará con el reinado que detenta. Edipo decide no apoyar a ninguno, ambos mueren en batalla. Tras la muerte de ambos hijos de Edipo, el trono de Tebas es cedido a Creonte y en base a estos sucesos se desencadena la trama de Antígona, otra de las obras maestras de Sófocles.


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