EL INMORTAL
El inmortal es un cuento del escritor argentino Jorge Luis Borges, publicado por primera vez en la revista Anales de Buenos Aires en el año 1947. Luego fue incluído, en 1949, en el libro de cuentos El Aleph, editado por Losada. El relato es el primer cuento de los diecisiete que conforman a El Aleph.
El cuento está relatado con una puesta en abismo, técnica conocida también como mise en abyme, por lo que en la introducción nos encontramos con un narrador omnipresente que comenta en tercera persona cuál es el origen del relato que sigue. Luego, el cuento prosigue en primera persona hasta el final, donde la identidad del narrador, que estaba clara al principio, se termina poniendo en juego, en una especie de revés propio de la trama del cuento.
Ver en el blog: ¿QUÉ ES «MISE EN ABYME»?
En junio de 1929 un anticuario regala a la princesa de Lucinge los seis volúmenes de la Ilíada de Alexander Pope. En el último volúmen de estos libros, la joven encuentra un manuscrito donde se relata la travesía llevada a cabo por Marco Flaminio Rufo, un soldado romano del siglo III que responde a Dioclesiano. Marco Flaminio se entera un día, gracias a un jinete extranjero, de la existencia de una ciudad de inmortales, donde corre un río capaz de hacer inmortal a cualquiera que bebiese de sus aguas. Entusiasmado por descubrir la verdad de esta leyenda, y más que nada por beber del río, Marco Flaminio consigue un ejército de soldados para comenzar una expedición al lugar. El viaje se hace duro, puesto que Marco Flaminio tiene que enfrentar, además de las hostilidades del tiempo y la lejanía, deserciones, muertes y conspiraciones dentro de su propio ejército, por lo que acaba solo, sediento y moribundo, librado a la suerte de terminar a donde sea que lo arrastre su caballo. En algún momento el soldado llega a la rivera de un río del que bebe como un animal y desde donde observa la presencia de unos hombres de piel gris, barbas negligentes y desnudos. Marco Flaminio se acerca donde los salvajes y descubre que una antigua ciudad se erige en ese lugar con monumentales y laberínticos edificios. La ciudad está abandonada y los dioses que alguna vez moraron en ella ahora se encuentran en estado abandónico: los salvajes son los famosos inmortales. Tras una serie de observaciones, Marco Flaminio descubre que la inmortalidad no es un don tan preciado como se piensa, por lo que decide emprender un viaje por el mundo, junto con algunos inmortales, para encontrar el río que les devuelva la mortalidad (si existe uno que los hace inmortales, por defecto, en alguna parte del mundo, debe existir otro que les devuelva la gracia de morir).
El cuento está relatado con una puesta en abismo, técnica conocida también como mise en abyme, por lo que en la introducción nos encontramos con un narrador omnipresente que comenta en tercera persona cuál es el origen del relato que sigue. Luego, el cuento prosigue en primera persona hasta el final, donde la identidad del narrador, que estaba clara al principio, se termina poniendo en juego, en una especie de revés propio de la trama del cuento.
Ver en el blog: ¿QUÉ ES «MISE EN ABYME»?
En junio de 1929 un anticuario regala a la princesa de Lucinge los seis volúmenes de la Ilíada de Alexander Pope. En el último volúmen de estos libros, la joven encuentra un manuscrito donde se relata la travesía llevada a cabo por Marco Flaminio Rufo, un soldado romano del siglo III que responde a Dioclesiano. Marco Flaminio se entera un día, gracias a un jinete extranjero, de la existencia de una ciudad de inmortales, donde corre un río capaz de hacer inmortal a cualquiera que bebiese de sus aguas. Entusiasmado por descubrir la verdad de esta leyenda, y más que nada por beber del río, Marco Flaminio consigue un ejército de soldados para comenzar una expedición al lugar. El viaje se hace duro, puesto que Marco Flaminio tiene que enfrentar, además de las hostilidades del tiempo y la lejanía, deserciones, muertes y conspiraciones dentro de su propio ejército, por lo que acaba solo, sediento y moribundo, librado a la suerte de terminar a donde sea que lo arrastre su caballo. En algún momento el soldado llega a la rivera de un río del que bebe como un animal y desde donde observa la presencia de unos hombres de piel gris, barbas negligentes y desnudos. Marco Flaminio se acerca donde los salvajes y descubre que una antigua ciudad se erige en ese lugar con monumentales y laberínticos edificios. La ciudad está abandonada y los dioses que alguna vez moraron en ella ahora se encuentran en estado abandónico: los salvajes son los famosos inmortales. Tras una serie de observaciones, Marco Flaminio descubre que la inmortalidad no es un don tan preciado como se piensa, por lo que decide emprender un viaje por el mundo, junto con algunos inmortales, para encontrar el río que les devuelva la mortalidad (si existe uno que los hace inmortales, por defecto, en alguna parte del mundo, debe existir otro que les devuelva la gracia de morir).

